Pasar al contenido principal

Chiloé y los chilotes

Institución
Museo Regional de Ancud
Autores
Francisco J. Cavada
Portada Chiloé y los chilotes
Palabras claves
Lingüística
Fecha de publicación
02/03/2017
Editores
Museo Regional de Ancud
Idioma
Español

Reseña 

Publicada originalmente en 1914, destaca en su época por la cantidad de antecedentes aportados para comprender la particularidad lingüística e identitaria de Chiloé. Su autor, sacerdote ancuditano, desarrolló un repertorio de estudio que abarcó aspectos como costumbres ligadas a la economía cotidiana de los isleños, las ceremonias religiosas y características de la cosmogonía y medicina local. Gran parte del documento está dedicado al estudio lingüístico de Chiloé, incluyendo un diccionario con vocablos locales y sus respectivos significados.

Su primera publicación sobre dichos temas fue en 1910 y se tituló “Apuntes para un vocabulario de provincialismos de Chiloé (República de Chile), precedidos de una breve reseña histórica del archipiélago”. Luego, alentado por la crítica e intelectuales de la época (entre los que destaca el lingüista Rodolfo Lenz), continuó sus investigaciones y logró consolidar en 1914 sus resultados en la obra aquí presente.

Referencia obligada para quienes desarrollan investigación en torno al archipiélago de Chiloé, la obra se constituye como una de las publicaciones más relevantes de principios de siglo XX en torno a materias lingüísticas de Chiloé. Esta reedición de la obra de Francisco Cavada fue financiada por el Fondo Concursable F.N.D.R 2% Cultura 2014, del gobierno Regional de Los Lagos, y la Agrupación de Rescate del Patrimonio Histórico, Cultural y Natural de Ancud-Chiloé.

Fragmento

La voz «Chiloé» parece provenir de la voz chille («unas gaviotas», según Febres) y de la forma hue, que, agregada al primitivo, significa lugar, región, etc. «Chiloé» significaría, pues, «lugar o región de gaviotas».

Despréndese de aquí que la verdadera escritura y pronunciación de la palabra «Chiloé» sería Chilhué, como aun pronuncian los indios civilizados del archipiélago. 

»Todavía resta decir que el chilote practica sin reservas la virtud de la hospitalidad, que la puerta de su casa, pobre o cómoda, está abierta para todos de día y de noche, generosamente, sin interés alguno. Las personas que llegan allá del continente tienen ocasión de comprobar este aserto a cada paso. Las familias le reciben con cariño, les invitan a la mesa y les brindan su tertulia sencilla, patriarcal y modesta, pero profundamente afectuosa, tanto que parece procurar a toda costa rodear al forastero de su misma atmósfera familiar para hacerle olvidar la que ha dejado allá distante en el paterno hogar.

»El chilote, donde quiera que esté, recuerda su tierra natal, deseando volver a ella, y a ella regresa cuando después de rudo trabajo ha podido acumular algunos ahorros. “Ese amor al terruño, decía el Márquez de Figueroa, hablando sobre la poesía gallega, esa especie de absorción por la naturaleza, da el secreto de la duración de una raza”.