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Seres mitológicos de la Colección Cestería de Chiloé

Solapas secundarias

Origen de las figuras de seres mitológicos de Chiloé


A principios de la década de 1970, Bernardo Quintana Mansilla y Amador Cárdenas Paredes visitaron Isla Llingua e influyeron en la evolución de la artesanía en fibra vegetal.

El médico e investigador local Bernardo Quintana, visitó la isla para reencontrarse con la familia de su madre y difundir su libro Chiloé mitológico. Mitos -Pájaros agoreros- Ceremonias Mágicas de la provincia de Chiloé (1972). La obra reunía relatos que había recopilado en Chiloé y fotografías de tallados que él mismo había hecho en la década del 50 sobre estos seres imaginarios.

Quintana le entregó su libro a Deifilia, la menor de las hermanas Mansilla, y le sugirió que recreara los seres mitológicos con fibra vegetal.

Las imágenes del libro fueron las primeras que la familia Mansilla Miranda y Betty Molina vieron en su vida. Sólo conocían a los "seres mitológicos" a través de relatos de sus mayores; que los describían "como personajes que habitaban en el mundo, igual que los seres humanos".

Influencia de Amador Cárdenas

Amador Cárdenas, conocido a nivel local y nacional como investigador y folclorista, visitó Isla Llingua a principios de la década de 1970; aunque las artesanas no recuerdan si eso fue antes o después que lo hiciera Bernardo Quintana. En aquel entonces Cárdenas trabajaba como promotor del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap), motivo por el cual llegó a esta localidad.

Cárdenas conoció a la familia Mansilla Miranda y gestionó la comercialización de sus objetos a través de los centros de madres, organizados a partir de 1954 en la Fundación Cema Chile.

Para contribuir a la creación de seres mitológicos, le mostró a la familia Mansilla placas de cobre con ilustraciones, y les propuso que tejieran otros elementos tradicionales de la cultura chilota, como las carretas de bueyes.

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